Sociabilizació…

¿Cuantos propietarios y propietarias de perros que se muestran insociables con sus congéneres darían lo que fuera para lograr que jugaran con ellos en el parque?

Curiosamente, dichos modos cuadrúpedos están pidiendo a gritos que no intenten obligarles a acercarse a otros, sobretodo si son del mismo sexo, porque los ponen violentos. No soportan. ¿A ti te podrían convencer para que te hicieras amigo de esa odiada familia del ático, cuya mera presencia te provoca arcadas?

La verdad es que el perro de compañía nace con una mayor predisposición a compenetrarse con nosotros que con los suyos, debido al efecto de la intensa selección que hemos ejercido sobre sus genes durante  muchos miles  de generaciones caninas. Aunque este hecho parece desmentirse cuando nuestras llamadas encuentran oídos sordos en el descampado, si nos damos la vuelta y marchamos, nuestro pequeño no suele tardar mucho antes de  acudir corriendo. A fin de cuentas, pasa mucho tiempo en casa en comparación con suspicaz oportunidades de correr suelto en el exterior.

Dos perros en casa

En el ámbito del comportamiento canino, que no es una ciencia exacta, existen muchas excepciones a todas las normas. Si se trata de tener dos perros en casa, por ejemplo, las probabilidades de evitar conflictos agresivos entre ellos aumenta considerablemente si son del sexo opuesto. En caso de agredirse, se les puede enseñar a frenar dicha belicosidad ante a presencia de un a persona instruida en la técnica a emplear. Cuando se quedan solos, no obstante, la prudencia aconseja dejarlos separados, porque el sonido del coche o de la llave en la puerta podría desencadenar una pelea para decidir cuál de los dos tiene derecho a ejercer la prerrogativa de recibir a su am@.