La castración en los perros
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La castración en los perros

El podcast de Ken Sewell

 

 

Se trata de un tema muy delicado, especialmente para el macho el género humano, quién puede sentirse aludido y ser presa de un sentimiento de rechazo. Hace años, un peluquero de hombres me invitó a salir de su casa porque le sugerí con mucha delicadeza, que quizás esta intervención sería la mejor apuesta para que su joven pastor alemán dejara de agredir a todos los cachorros que encontraba en el parque.

Dejando de lado la sensibilidad personal, las estadísticas nos dicen que la castración funciona, en perros castrados antes del año y medio, en más del noventa por ciento de los casos de escapismo y micciones anárquicas (Que orinan donde les da la gana, vaya). Este porcentaje se reduce al cincuenta por ciento cuando se trata solo de agresividad entre perros, una buena apuesta y no llega ni al ocho por ciento si el problema es la agresividad dirigida hacia las personas, una mala apuesta.

¿Por qué? te estarás preguntando, ¿no funciona la castración de la misma manera en todos los perros?. Pues, porque la testosterona tiene dos efectos diferentes en el comportamiento canino i cuando nacen los cachorros, este andrógeno tiene esta influencia en la configuración cerebral y, después su producción cotidiana ejerce su propio efecto.

En síntesis, castrar a un perro en la época adecuada solamente dará el resultado deseado si la responsable de sus conductas no deseadas es la producción cotidiana de testosterona, la cual se corta con la castración. Si el cerebro, por si solo, es el responsable de las desavenencias, la intervención seguramente no servirá. Este andrógeno es el impulsor de muchas necesidades que nunca van a ser satisfechas, y menos con la regularidad adecuada. Recuerda que “no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita”